¡Arráncame los pies!
Ya no quiero seguir caminando;
cada paso es una huella
traicionera
que al andar por esta vida,
me hará adolescer.
¡Arráncame los ojos!
Ya no quiero seguir mirando;
lo hermoso que se muestra
con el sol y con su día
guarda siempre la agonía
de un triste anochecer.
¡Arráncale el latido al corazón!
Ya no quiero seguir amando;
El amar es sentir como un mar
aquello que el resto siente como
un simple río,
es sentir que en lo inmenso
uno se ha de perder.
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