martes, 24 de noviembre de 2015

El Destino del Río

Cruel destino el del río;
ha de vivir cuando llora
la montaña.

Fue el sol quien llenó
 de calor su albedrío;
ahora el hielo es el agua
que en llanto lo baña.

Pero,
¿qué tan vil puede ser
el destino de un río,
cuando el hielo del monte
lo ha de bañar?

Surge en mí esa pregunta 
mientras miro a una
nube que pasa.
Me detengo y la sigo mirando,
se ve gris y propensa,
creo que ha de llorar,
más diviso
que en pena
no viste su llanto,
sino en ansia de un cielo
que quiere bajar.

Entonces,
así como el agua 
desciende del monte,
dejemos que el cielo se baje,
¿por qué no?,
y al suelo se atreva a pisar.
 
Un poco de llanto jamás
será suelo, ni tierra,
quizá sólo un río
que lleva lo triste
hacia el mar.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cuando la ilusión se va

Presenciaré el ajeno andar 
de mis pies en el camino. 

Agitaré al desvelo; 
hoy la noche se hace en mí, 
la eternidad. 

Exhortaré a los párpados 
que en la luz se han perdido, 
¡Vistan de luna!, les digo; 
es el sol quien jamás volverá.

 
biz.