Como una tierra humedecida
por la bruma;
de a poco convirtiéndose en barro,
de a poco enlodando las pisadas,
de a poco volviéndose a secar.
Como una voz rasgada por el humo
o un azar curtido en su torpeza;
caminando, burlando sus huellas,
fatigando,
cansando a las andanzas que
se quieran cruzar.
Como un alma o un fervor que no acusa recibo;
un corazón apostando todos sus latidos,
un amor que se aferra a tu incierta llegada,
un durazno que se niega a madurar.
0 comentarios:
Publicar un comentario