domingo, 14 de junio de 2015

El pensar se viste de ti

Hoy, al igual que desde el día en que te conocí, no he dejado de pensar en ti. Es curioso, ya que inicio este escrito con un ánimo de pérdida, de lejanía, de dolor, de ese dolor que es el no tenerte aquí a mi lado. Sin embargo y, aún más curioso, ayer estuve contigo, me dormí en la anestesia de tus labios, los mismos labios prominentes y carnosos, hermosos y talentosos de los que me enamoré, esos que con sus besos calman el dolor del alma, de mi alma, la que ha sufrido más que gozado en este andar de respiros vacíos. Ayer estuve contigo y, aun sabiendo que dormías a mi lado, te soñé en lo que duró la oscuridad, te soñé con ansía y vehemencia, porque en el fondo eso eres tú; mi sueño  de tiempo infinito, mi ansia profunda y oscura, mi vehemente pasión. Te olí en lo que la proximidad de nuestros cuerpos me lo hacía posible, te hice mío en lo que mi eterna esperanza e imaginación, y tu figura ilusión me lo permitían.

Ayer estuve contigo y desperté en la prisión voluntaria de tus brazos y el fulgor que en ellos habita y, abrí mis ojos como negándome a despertar, a despertar de ese sueño en el que precisamente no se duerme, en el cual nunca los ojos se podrán cerrar. Y claro, teniéndote a mi lado, es imposible dormir, imposible cerrar mis ojos y dejar de contemplar, de admirar tu presencia, esa con la que me bendices de esperanza y utopía y me haces querer volar.

Hoy, al igual que desde el día en que te conocí, no he dejado de pensar en ti. Y noto que lo me parecía curioso al inicio de este escrito, no son más que mis miedos y también la verdad, y aunque por más que a mi lado estás y estuviste, jamás me perteneciste, jamás fuiste mío ni lo serás. Quizá por eso te escribo como pensando en el horizonte, como pensando en el frío de esa cumbre no alcanzada que es tu amor que no me corresponde. Pero como víctima de una especie de masoquismo acérrimo, mi corazón no se rinde, aún piensa que te puede conquistar, y sabes, yo lo entiendo y no lo culpo ¿cómo dejar de intentar?, si eres lo más lindo que ha conocido en el mundo, lo más bello que nunca jamás ha de encontrar. Eres la luz que a mi camino ilumina, la flor de todos mis senderos, el aire que me hace poder y querer respirar. Entonces, si eres todo eso y quizá mucho más, comprendo que mi corazón te pida de nuevo una oportunidad. Si amarte es lo único que sabe, y el querer tenerte; la obsesión que aún lo hace a la sangre bombear.

Hoy al igual que desde el día en que te conocí, no he dejado de pensar en ti. Y lo que era curioso quiero que ya no lo sea, lo que era temor quiero que sea valentía y lo que era verdad, quiero que sea mi verdad, esa en la que pueda escribir que estamos juntos, esa en la que nunca nadie nos separará, al menos eso quiero pensar, sólo eso y nada más. Quiero que tu voz sólo diga mi nombre, quiero tus ojos sólo a mí me puedan mirar y que tu corazón decida que seré yo a quien siempre va a amar. Al menos, eso decidió el mío, decidió que siempre te amará, que de él serás lo más preciado en este mundo sin tesoros, eso a lo que se debe cuidar con la vida, vida que muere de a poco si en ella no estás.

Diego

Author & Editor

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