si intentaras huir de este cuarto
y de esta cama,
de esta voz mermada por la lluvia
que atraganta a los lamentos,
de esta ropa pretenciosa de limpieza y sin lugar alguno,
de este faro que no guía y parpadea, envejecido,
a la distancia,
de estos ojos calcinados por la angustia,
el dolor y el alquitrán.
Si lograras escapar de la fragancia y el correr
de mis manos abdicadas,
de su frío fulgor encarnecido en la paciencia
de tu ser que le adolece,
de esta suave pasión, dulzona y vehemente
que te aclama cual sirena posada en la bahía,
de esta lenta y maldita agonía que se vuelve
el respirar.
Si pudieras, de pronto, borrar a la historia
y su infame contienda,
si tan sólo accedieras a esa calma
que nos llega cuando acaban los tormentos,
si el flagelo se esfumara en el viento
nacido en tus labios vestidos de un "basta",
si el romance muriera, dejase de hablar,
cantar, reír, recordar esos bellos momentos,
si el amor terminara con sólo voltear.
Si te fueras y, en eso, ya no hay primavera,
y esa flor prometida, marchita al andar
de tus pasos que se alejan,
si te fueras y el sol se eclipsara en un sólo
momento,
y la luz de la aurora soñara que al cielo
se le ha ido la vida,
y la luna vertida se adueña del mundo,
del color, del firmamento,
si te fueras, al fin, cansada de mí,
de la espera, de este eterno y crudo invierno
entendería,
mas te diría, así, ya solo, triste y muerto,
que vieras al mar, a ese ir y volver que
a la playa no abandona,
a ese por siempre y para siempre escrito en la arena
y recordaras que:
"las olas lo eternizarán"
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