lunes, 27 de enero de 2020

El Flaco

El flaco suena y suena
y el blanco de su bigote eclipsa
cada vez más al resto del castaño.
Yo me siento en un costado del sonido,
en el lugar más impoluto que pudiera
ofrecerme la noche,
cuando el estallido se duerme y se enciende
la algarabía de los sueños,
donde el cristal más fino se rompe y sólo
quedan los reflejos de lo obscuro,
y ahí no más, silente y guarnecido por la luna,
me pierdo en la nostalgia.
El próspero sendero de la vida es una brisa
que no logra empaparnos por completo,
es una obtusa daga lamiendo las heridas,
esparciendo la sangre como mantequilla, sin provocar su derrame ni borrarla.
¿A dónde van las mañanas predilectas,
las auroras redentoras, ese sol que prometió
nuestro lamento?
¿A dónde van los ocasos infinitos; interludios
jardines de primavera y sal?
¿A dónde va esta vida encarecida, este existir
incoloro, está agonía entre respiro y sollozo
que nos urge escapar?
Pero el flaco suena y suena y sigue sonando,
y el bigote es nieve que volcó sobre su labio,
y yo sentado, ya no oigo más que un viento
que se cuela en la ventana,
y mis respiro sólo mueve al humo de un cigarro que no apaga,
y mi presencia es la neblina que cubrió a lo impoluto en alquitrán,
y mi aliento se evapora en un crepúsculo
final. 

Diego

Author & Editor

Has laoreet percipitur ad. Vide interesset in mei, no his legimus verterem. Et nostrum imperdiet appellantur usu, mnesarchum referrentur id vim.

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