miércoles, 13 de diciembre de 2017

De amor no se puede morir

¿Dónde habita la ilusión de este tiempo vivido?
Dice cada mañana dormida en la penumbra,
dice la voz no enardecida, sin grito ni canto,
dicen los ojos cegados, perdidos en olvido,
dicen mis manos y las flores de este diario
funeral en que siempre levanto.
Siempre sueño con el fin,
ya cansado de tanta existencia,
de tanto vacío en el tumulto,
de tanta espera,
siempre sueño con aquel momento
en que todo termine y todo muera,
y yo fundido en la angustia constante
de larga experiencia y pequeño confín. 
¿Por qué he de estar solo en este camino?
Pregunto a todo quien me niega compañía,
pregunto al recuerdo tortuoso que nunca se ha ido,
pregunto a la vida en su quimera que sólo es agonía,
pregunto y pregunto, responda el que quiera,
pregunto en silencio, sin ser oído.
Y ya no sé ni por qué sigo,
quizá costumbre o anhelo de lo que aún no siento,
quizá pensando que algún día el amor, en esta vida, he de sentir, 
quizá por miedo o cobardía ante lo obscuro de lo incierto,
o quizá sabiendo que la eternidad ya no es motivo,
sino maldita condena,
pues ser mortal de nada sirve;
de amor no se puede morir.

 
biz.