jueves, 17 de septiembre de 2015

El Primer Encuentro

 Todavía lo recuerdo, 
 vida mía,
aún porfía al olvido aquel momento,
como el dulce fuego que no amaina
en mis pupilas;
ardiente como ardía, ardiendo.

Ahí estabas,
aguardando en el subsuelo,
ahí, donde se agolpan en tumulto
la almas que descienden a vivir sin remedio.

Ahí estabas,
con tus cabellos fugitivos,
aburridos de tanto ser melena,
y con tu voz dormida en el umbral
de unos labios poderosos
que guardaban en su carne el porvenir
que me condena.

Ahí estabas, amor, ahí
con los ojitos perdidos,
diseminando el temor en un querer inocente
 y preguntando a la gente si el sentir
se ha prohibido.

¿Y yo, dónde estaba?
Hasta tu encuentro no existía,
pero te vi, vida mía, te vi,
¿qué duda había?
 y el sol parió el amanecer en mis mejillas.
Ahí estaba yo, culminando en tus brazos
mi eterna romería; ese andar sin
conocerte ni saber que en mi jardín
eras semilla,
pero te vi, vida mía, te vi y todo valía.
Me diste amor sin pretenderlo; un corazón,
¿no lo sabías?

Y hoy que todo es presente, mi vida,
¿dónde estamos?
Yo, 
viviendo en la memoria de aquel día...todavía,
¿y tú?,
tú, quizá muy lejano.

Diego

Author & Editor

Has laoreet percipitur ad. Vide interesset in mei, no his legimus verterem. Et nostrum imperdiet appellantur usu, mnesarchum referrentur id vim.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
biz.